¡FELIZ Y BENDECIDO DOMINGO!
¡Bienvenidos a mi relato N° 41!
Hace dos meses que no publico porque he tenido «muchas cosas en la cajita» 😉. Además de publicar aquí como siempre, desde hoy, lo haré también en mi sitio web, en el siguiente link: https://648a4cbc3276b.site123.me/, donde podrán leerme y mantenerse al tanto de novedades que espero poder actualizar con frecuencia.
Ayer me desperté pensando en un mini reto de gratitud que hice la semana pasada, durante tres días con Tuti Furlán, una guatemalteca, psicóloga, oradora especialista en motivación, que me encanta @tutifurlan. Ella es optimista, amena y maravillosa en su forma de comunicar.
Tuti plantea el primer día de su mini reto, agradecer al despertar, por un nuevo día de vida, junto a varias respiraciones profundas, repetirlo varias veces durante el día y los siguientes días, hasta hacerlo un hábito.
El segundo día, propone agradecer por los ingredientes específicos de cada plato que comemos, no solo limitándonos a dar gracias por los alimentos.
Y el tercero, un poquito más complicado, nos invita a agradecer por lo que generalmente nos quejamos, mencionando, en tono jocoso pero con mucho de verdad, una frase que me impactó: «Las desgracias no pararán hasta que no des gracias». Recomienda Tuti, practicar la gratitud, hacerla parte de tu vida, no porque todo lo que te pase sea bueno, sino porque la gratitud renueva, sana y transforma. Nos sugiere plantearnos cómo hubiera sido nuestro camino si no nos hubiéramos quejado tanto por determinado evento ocurrido en nuestra vida, pero sin culparnos, solo tratando de evaluarlo para no repetirlo, siempre mirándonos con respeto, compasión y cariño… perdonando a otros y perdonándonos a nosotros mismos. Realmente es muy completo y detallado el contenido, y la forma de ella de transmitirlo es grandiosa y con una energía contagiosa. Yo me limité a resumirlo.
Si bien es cierto que la gratitud es parte de las normas de elemental cortesía, como dar los buenos días o disculparse, no me he referido a ello en ningún momento, a lo largo de estas líneas. Hablo de gratitud auténtica, desde el corazón.
Después de recordar el mini reto, al abrir el celular me encontré con la imagen que abre esta publicación, con un texto de Mario Benedetti sobre defender la alegría que dice así: Defender la alegría como una trinchera, defenderla de la rutina y del escándalo, de las ausencias transitorias y definitivas. Defender la alegría como un principio… de las propias infamias y graves diagnósticos. Defender la alegría como un destino, como una certeza. Defender la alegría como un derecho. Lo amé y lo resumiría como "no permitir que nada empañe nuestra alegría, que nada la enturbie, protegerla de todo evento o dolor y mantenerla siempre viva".
Se me mezclaron entonces, gratitud y alegría, y decidí escribir sobre ambas, tratando de entrelazarlas tanto como me fuera posible, así como ellas lo hicieron en mi cabeza.
Aunque suelo ser pro RAE, en materia de ortografía y para aclarar, confirmar o conocer definiciones, reconozco que no siempre quedo muy satisfecha con las respuestas. En esta oportunidad me pasó, tanto con alegría: «Sentimiento grato y vivo que suele manifestarse con signos exteriores», como con gratitud: «Sentimiento que obliga a una persona a estimar el beneficio o favor, que otra le ha hecho o ha querido hacer, y a corresponderle de alguna manera».
No voy a contradecir a la RAE, pero la alegría no necesariamente implica una manifestación exterior, ni tiene que depender de estímulos externos. Y la definición de gratitud, válgame Dios, más alejada de mi visión, imposible, pero esto es lo que hay, así que, las dejo de relleno y me voy directo a mi enfoque, a mi mirada.
La alegría no se exterioriza siempre; podemos sentir una alegría inmensa y resguardarla dentro de nosotros mismos, sin compartirla, por diferentes razones. Una buena noticia, una salida a un lugar lindo, una palabra bonita, una comida sabrosa, pueden alegrar un día tristón, un momento de bajón, de desánimo, pero ahí estamos hablando de una alegría pasajera, de un subidón de dopamina, de una respuesta a un estímulo, que siempre es rico recibirlos, por supuesto, pero no es algo definitivo…
Y hablando de dopamina, Marián Rojas Estapé, @marianrojasestape psiquiatra española, excelente profesional, brillante comunicadora, muy original y asertiva en sus consejos y apreciaciones, nos recuerda que esta hormona o neurotransmisor (la dopamina), nos ayuda a ilusionarnos con nuestras metas, nos hace querer más aquello que nos da placer, se activa de forma importante cuando lo que llega es inesperado, y como se encarga de la motivación, nos da el empujoncito que nos falta; pero hay que estar atento, porque el cerebro tiende a buscar placer y recompensa en cosas inmediatas para evitar dolor, malestar, aburrimiento y estrés, y lo malo en ese punto, es buscar placer en cosas perjudiciales como las drogas, el azúcar y las pantallas. ¿Qué a dónde voy con esto? ¿Qué me desvié? Pues no, simplemente es un recordatorio de que recibir una sobredosis de dopamina no es alegría.
En mi humilde opinión, la alegría es la certeza permanente, de que somos hijos de Dios, únicos e irrepetibles, de que Él nos ama, de que estamos vivos, de que nuestra vida tiene un sentido, un propósito, de que vamos por el camino correcto, de que lo estamos haciendo bien, de que hemos mejorado en algo o estamos en vías de y que siempre, a cualquier edad, tenemos mucho que avanzar, aprender y sobre todo, agradecer.
Me encantó la reflexión de Tuti Furlán, el tercer día del reto, en la que se pregunta o nos pregunta si, ¿nos hemos dado cuenta de cuántas veces al día nos quejamos? versus ¿cuántas veces al día agradecemos? A lo que lamentablemente hemos de responder que la proporción es muy dispareja, porque nos quejamos mucho más de lo que agradecemos. Y objetivamente hablando, tenemos más razones por las que agradecer, que motivos para quejarnos. Básicamente, su planteamiento se enfoca en mostrarnos cómo la costumbre de poner nuestra atención en lo que no está bien y que nos lleva a quejarnos, hace que la percepción de nuestra vida esté permeada de pesimismo, amargura, juicios y reclamos, y logra dejarnos con una sensación de que la vida es dura, de que nada sale como queremos, nos lleva a amargamos… a ver todo negro.
Pero nos plantea también el escenario contrario. Propone visualizar qué pasaría si conscientemente, comenzáramos a incluir más la gratitud en nuestra vida, en cosas simples, pequeñas, sencillas, del día a día, de eso que tenemos, pero que muchas veces pasa desapercibido. Y pregunta entonces, si logramos ver “el cambio en nuestra mirada” del mundo y de nuestra propia vida. Yo, no solo lo veo, sino que me encantó porque es lo que vengo intentado hacer y sobre lo que he escrito en diferentes oportunidades, ese cambiar la mirada que nos puede cambiar a nosotros mismos y a los demás, con el agregado valiosísimo de la gratitud, porque, de hecho, ella se refiere a ese cambio, como resultado de la gratitud.
Escribí estas líneas con la esperanza de fusionar alegría y gratitud, al punto de no encontrarle sentido a una sin la otra, porque no concibo gratitud sincera sin alegría, ni alegría genuina sin gratitud; pero como no sé si lo logré, espero que al menos, sirva de semillita, de motivación, de inspiración, para que cada quien lo alcance desde su óptica y a su manera.
Y como anillo al dedo: No olvides pensar, oír, contar lo bueno y hacer que la gratitud pase al siguiente nivel, porque las cosas cambian para bien, cuando la gratitud es mayor que la queja, lo certifico.
María Eugenia Álvarez Brunicardi.
Caracas, 13 de agosto de 2023
Relato (o más bien pensamiento) para reflexionar y tener en cuenta para no quejarse tanto de las cosas malas y agradecer más lo bueno.
ResponderBorrarDespués de la tempestad siempre viene la calma.Te felicito y agradezco.
Besos de tu hermana
Mi querida Maucha, hermoso y de gran reflexión tu relato de hoy! Gratitud y Alegría, son de esos conceptos difíciles de definir, pero fáciles de sentir!! El agradecer produce satisfacción y alegra el alma! Y estar alegres nos lleva a la necesidad de agradecer!
ResponderBorrarTambién sabemos que no tendríamos que estar todo el tiempo “alegras”, para saber que somos personas felices. (Otro concepto que se mete por la baranda). Ni todo el tiempo agradeciendo, para saber que somos personas “agradecidas”.
Pero cierto que están inmensamente ligados!!
Gracias por compartir tus ideas siempre interesantes!!!
Y.
Vía WhatsApp: "Gracias Maucha por recordarnos estas dos virtudes, las cuales estamos llamadas a vivir y que nos hacen tanto bien a nivel personal, a los demás y que consuelan el Corazón de Dios, Quien todo nos lo ha dado".
ResponderBorrarVía WhatsApp: "¡Buenos días, Maucha! Leído, como siempre, con interés y admiración tu relato de hoy. Acertada esa mezcla de la alegría y la gratitud, bien definidas y descritas".
ResponderBorrarLa vida está llena de gratas sorpresas y a veces sin darnos cuenta de repente tu día está conectado con pensamientos y deseos de otros conocidos .
ResponderBorrarHoy precisamente al tomar el celular para leer los mensajes el primer contacto que me apareció fuiste tú Mau , qué alegría y grata sorpresa al leer tu relato me dio la impresión que estaba dedicado a mí, me conecté con ese texto de manera muy especial,en verdad pasamos la vida poniendo la mirada en detalles o pequeñas partes de situaciones que en vez de fortalecernos retroalimentan sentimientos contrarios al agradecimiento.Tengo mucho que agradecer , muchas alegrías que revivir para seguir creciendo espiritualmente.
Con el bálsamo de tu lectura comenzare a poner en práctica los tres retos de Tuti Furlan.
Gracias Mau ,había escrito un mensaje anterior que no sé porqué no se publicó, (cosas se la tecnología).
Un fuerte abrazo, este relato me vino como anillo al dedo ,ten plena seguridad que sirve de mucho ,cada día aprendo más de tí.
Saludosde mi parte : Elia Ferreira
Maucha , que linda cada mensaje de ti me sorprende más y más. Te felicito. Eres un ser únicos e irrepetibles. Muy cierto agradecer por lo que tenemos y por lo que somos . Me encanta por enseñarnos esa magia que nos ayuda mucho para seguir adelante. Gracias Maucha por todo lo que nos das. Feliz y bendecido día .
ResponderBorrarHermosa reflexión sobre la alegría! Gracias por tan maravillosas palabras. No te conocía, agradezco a Marielita Brunicardi por regalarme la oportunidad de leer tan esperanzador mensaje. GRACIAS🙏💖
ResponderBorrarQue reflexión que me encanta! Mis dos sentimientos y valores favoritos: ser feliz y ser agradecido. Cada día los hago más parte de mi ser. Gracias Maucha por tus relatos! Soy muy feliz al leerte y al practicar la gratitud 🌸 Cristy
ResponderBorrarGracias por dedicar un compartir de miradas alrededor de la acción de ofrecerte desde la alegría y la gratitud. Es un detalle de generosidad con la que muestras una bella manera de amar a un nosotros con todo sentido. Un abrazo gratificante para tí Maucha!
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