¡FELIZ Y BENDECIDO DOMINGO!
Esta nueva publicación, al igual que la anterior, más que un relato, es una pequeña reflexión, producto de relacionar dos virtudes.
Me encantó la idea de crear pares, conectarlos, unirlos o enlazarlos. Y hoy quiero presentarles a un matrimonio ideal, la fusión resiliencia-empatía, conceptos que conocí de grande, que admiro en quienes han logrado desarrollarlos y que intento cultivar cada día para hacerlos virtudes propias.
Igual que siempre, acudí fielmente a la RAE, que me dijo lo siguiente:
Resiliencia:
capacidad de adaptación de un ser vivo frente a un agente perturbador o un
estado de situación adversos.
Empatía: capacidad de identificarse con alguien y compartir sus sentimientos.
Un artículo de Habitat define de manera sencilla y clara la resiliencia como una virtud que consiste en superar y adaptarte a momentos adversos, con la confianza de que saldrás adelante a pesar de todo.
En mi opinión, alcanzar la resiliencia, es un proceso que debe comenzar por conocernos bien, por aceptarnos como
somos, con el combo completo, tal cual viene, con lo bueno y lo malo, con todas
sus implicaciones. Ese conocimiento y aceptación nos llevarán a querernos y a
valorarnos, al punto de facilitar la adaptación para enfrentar lo que venga. Esos pasos nos conducen
a una buena actitud de vida y a una mirada positiva de las cosas y situaciones,
¿inteligencia emocional?
Jordi Alemany en una publicación en Linkedin expresa que la empatía es relativamente nueva y que podemos considerarla como una virtud moderna. Menciona que el término empatía fue acuñado por el psicólogo BF Tichener en 1920 para describir la capacidad extraordinaria y excepcional de algunos seres humanos, para percibir y comprender el universo emocional y cognitivo de otras personas; y se utilizó para resumir en una sola "Súper Virtud", una larga lista de virtudes tradicionales o ancestrales, que tenían en común todos los seres humanos excepcionales y los líderes más apreciados. Continúa explicando que la lista de virtudes y habilidades que debe poseer una persona para poder ser realmente empático, comprende: compasión, humildad, comprensión, generosidad, paciencia, amabilidad, disciplina, autocontrol, optimismo y modestia.
Totalmente de acuerdo con lo anterior, agregaría que requiere de una gran capacidad de escucha, de atención, aceptación, silencio, servicio, caridad e inclusive, en muchos casos, una buena dosis de perdón.
Cuando
logramos ser resilientes, adaptándonos a la presencia de agentes perturbadores
o a situaciones adversas que nos toca enfrentar en la vida, parece que se
abrieran caminos, puentes, pasos seguros hacia la empatía. No podemos dar lo
que no tenemos, no podemos enseñar lo que no sabemos, ni podemos compartir o
transmitir aquello de lo cual carecemos. Es por ello que lo veo así: me
conozco, me acepto, me quiero y luego… te conozco, te acepto y te quiero; por tal razón, me importas e intento ponerme en tus zapatos.
Una
persona capaz de adaptarse y afrontar con entereza, con fortaleza, con buen
ánimo, las dificultades que se le presenten y seguir adelante, le será siempre
más factible, empatizar con otra persona ante su dolor, su situación o lo que
sea que esté atravesando, que a una persona que se desmorona ante el más mínimo
inconveniente. Si soy resiliente, tengo las herramientas necesarias para
entender que el otro está como está, porque le pasa algo. Así como yo he pasado
por cosas y las he superado, puedo entender que a él le estén ocurriendo otras
y que reaccione de forma extraña o diferente a como lo haría yo. Tengo mi
propia experiencia para verme reflejado en el otro y por ende, la capacidad y/o
apertura para no criticarlo ni juzgarlo.
Aunque si
bien es cierto que debemos conocernos y aceptarnos a nosotros mismos, para
conocer y aceptar a los demás, no siempre vamos a conocer lo suficiente a quien
requiere de nuestra empatía… he ahí la importancia de empatizar donde no sé, donde
no conozco y no entiendo, he ahí donde debo hacer mi mejor esfuerzo por tratar
de entrar en la cabeza y en el corazón del otro y tratar de entender
su forma de actuar, que puede ser que me resulte terriblemente inapropiada. Empatía es
humanidad, es caridad, es acompañar al que sé que sufre, pero también es tratar
de entender al que actúa de una manera que yo jamás lo haría, aunque no tenga
la certeza de por qué lo hace, ya que, definitivamente, no sé con qué está
lidiando en ese momento. Es bien difícil lo que planteo, lo sé perfectamente, a
mi me cuesta horrores, pero internalizarlo y reflexionarlo, tratar de entender que sí tiene sentido, aunque parezca halado por los pelos, creo que es un buen
comienzo, para luego rumiarlo hasta hacerlo realidad; y la recompensa… una paz,
indescriptible.
A la
inversa, si soy empático, será más fácil ser resiliente, porque al ver y tratar
de entender el sufrimiento del otro, el mío se puede hacer pequeño,
insignificante y a veces, hasta invisible.
Cierro entonces, feliz con esta breve reflexión que me condujo hacia dos certezas: la primera, es que trabajar y cultivar la capacidad de adaptarnos a lo que la vida nos depare, seguir, levantarnos, avanzar, no culpar, no quedarnos pegados ni achinchorrados y ELIMINAR los “no puedo”, “no aprendí a hacerlo”, “yo soy así”, nos facilita la posibilidad de entrar en el otro para tratar de entender su dolor. Y la segunda, que ser empático con el sufrimiento ajeno, sin necesidad de resolver, solo acompañar, estar, tratar de entender, nos ayuda a minimizar el nuestro, a ver más allá de nuestro dolor. A menos que me demuestren lo contrario, convencida estoy, de no concebir empatía sin resiliencia, ni resiliencia sin empatía. ¿Y tú? ¿Cómo lo ves? ¿Exceso de reflexión?
No
olvides pensar, oír, contar lo bueno y hacer que la gratitud pase al
siguiente nivel, porque las
cosas cambian para bien, cuando la gratitud es mayor que la queja, lo
certifico.
Si te gustó, me encantará leer tu comentarios en el blog o en la página y saber que lo compartes con quien creas podría disfrutarlo
o necesitarlo… No sabemos en qué momento, una simple frase puede hacer el bien a otro. Y si no quieres aparecer anónimo, pero tu nombre no sale en el comentario, por favor escríbelo al final.
¡Nos vemos pronto, Dios mediante!
María Eugenia Álvarez Brunicardi.
Caracas, 27 de agosto de 2023
PPD
Mau que bonita reflexión…como tú dices nos cuesta horrores pero son herramientas diarias de vida en nuestra tarea de ser mejores personas cada día y qué tal si también le ponemos Servicio?
ResponderBorrarTe quiero ❤️ Graciasssss
Merce
Excelente reflexión para dos virtudes que no siempre entendemos y que son necesarias para vivir en paz en muchas circunstancias de nuestra vida. Me encanta como lo planteas y escribes. Mil gracias por hacerlo llegar a nuestras vidas.
ResponderBorrarBuenos días Maucha , gracias por compartir conmigo tu hermosa reflexión, estoy de acuerdo contigo , pero tú tienes el don de la palabra y del conocimiento , te felicito!
ResponderBorrarEl dibujo que acompaña el relato es genial, ilustra perfectamente tus palabras!
Dos virtudes fundamentales para el ser humano. La empatía la tuve desde niña de manera innata, la resiliencia la desarrollé de grande con la llegada de situaciones difíciles que he tenido que manejar. Unir las dos, no había pensado que producen magia para alcanzar mejores resultados con uno mismo ( paz interior) y con los demás ( cercanía) Muy buena reflexión Maucha. Abrazos, Cristy
ResponderBorrarPor WhatsApp: "Excelente reflexión! Me encantó tu publicación de hoy porque sabes plasmar lo que sientes de manera clara y sencilla. Tu hermana muy orgullosa de ti. Te quiero! 💕".
ResponderBorrarMaucha querida! Cómo siempre tus escritos hacen pensar! Si! Dos conceptos, que aunque no los definimos frecuentemente, si los vivimos y los aplicamos en nuestro diario vivir! Sobre todo con las personas queridas! Y al hacerlo el bienestar es mutuo y beneficioso para la convivencia! Abrazos!!
ResponderBorrarMau querida!. Me ha encantado tu generosa escritura. Como bien dices, la escucha profunda del sentimiento, es la que ofrece una compasiva interpretación para acompañar y actuar desde nuestra empatía. La imagen que ofreces está magnifica.!
ResponderBorrarUn ejemplo, entre muchos que nos muestra la empatía de Jesús de Nazaret, son las palabras que tiene para sus torturadores en la cruz y dijo "Padre perdónales porque no saben lo que hacen" Guaooo...
Una gran reflexión, nunca lo había visto bajo estos dos conceptos. Sigo trabajando en la resilencia, creo que es lo que más me cuesta. Maravilloso, cómo ambos se unen para lograr sentir paz con uno mismo y con los demás. Gracias 🫶🏼
ResponderBorrarBuenos días Mau. Gracias, como siempre, por tus reflexiones, por compartir lo que piensas ...
ResponderBorrarAl leerlo pensaba en cuanto aporta la fe cristiana a todas las virtudes, también a estas.
Porque te ayuda a descubrir el sentido último del empeño por mejorar.... el amor a Dios ... la entrega a los demas ...
Soy D. JAF
ResponderBorrarRecibido por WhatsApp: "Como siempre, disfrute tu relato, me encantan tus explicaciones y siempre me dejas pensando…
ResponderBorrarGracias por compartir, un abrazo y estoy pendiente del próximo".
Que lindas tus palabras mi Tía Mau querida. Me gustaría pensar que yo tengo un poco de esas lindas cualidades de un ser humano. Que bello es tu corazón y que alegría que puedas compartirlo con todos. I love you to the moon and back 😘
ResponderBorrarPor WhatsApp: "Excelente reflexión para vivir en paz y en consecuencia vivir feliz dando y recibiendo amor".
ResponderBorrarExcelente combinación ,realmente ambas en conjunción son herramientas muy valiosas para no solo crecer como seres humanos ,sino necesarias también para conectarnos de manera asertiva con las personas con las cuales nos relacionamos.Para mi la resilencia nos permite adaptarnos y la empatía a conectarnos ambas se fusionan de manera perfecta y si aprendemos a manejarla deanera consciente estaremos generando espacios inteligentes de convivencia humana.
ResponderBorrarMil gracias mi querida Mau.
Elia Ferreira tu fans número 1
Hermosa reflexión Maucha,
ResponderBorrarnos hace reflexionar sobre la empatía y recilencia dos virtudes muy lindas en las cuales debemos trabajarlas
en todo momento de nuestro acontecer diario
Gracias Mauchita por tus hermosos relatos
María Isabel