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LA PERLA DEL CARIBE


Una visita a Margarita de cuatro días, en enero 2022, después de dieciséis años, resultó un viajecito tan rico, pero tan corto, que nos llevó a regresar por una semanita en marzo 2022. Ese segundo viaje, en el que rindieron mucho los buenos ratos y el tiempo, será la esencia de este relato. 

Margarita, conocida como la perla del Caribe, es una isla de Venezuela que, junto a Coche y Cubagua, forman el Estado Nueva Esparta, ubicado en la zona nororiental del país y cuya capital es La Asunción.

Margarita siempre ha sido un famoso destino turístico, tanto nacional como internacional. Es poco común que un venezolano no la conozca o la conozca y no la recuerde con cariño. Americanos y europeos la han visitado durante décadas, por ser un verdadero paraíso natural. Playas de arenas blancas, especiales para cada gusto, oceánicas, tranquilas, profundas o llanas, colores del mar que solo en el Caribe se pueden apreciar, cielo de un azul intenso que no he visto en ningún otro lugar, contrastando con nubes tan blancas como copos de nieve. Atardeceres preciosos con un colorido espectacular, en una diversidad de playas para elegir.

Margarita tiene historia, gente hermosa y a su milagrosa y bellísima Virgen del Valle, con una devoción popular por ella, que eriza la piel.

La perla del Caribe como toda nuestra amada Venezuela, lamentablemente, ha sido abandonada, descuidada y desatendida. Dicen los optimistas, que comienza a recuperarse y quiero creer que es cierto, pero es mucho el cariñito que hay que hacerle. Aunque al parecer, la seguridad ha mejorado un poco, para mí, es lo primero, porque durante mi reciente visita, nunca vi un policía, las calles están vacías cualquier día de la semana, a cualquier hora del día, las carreteras deterioradas, llenas de huecos y la iluminación, brilla por su ausencia. Han tenido crisis muy graves de electricidad, las que, afortunadamente se han ido solucionando, pero el problema del agua no mejora en lo absoluto; hay zonas que pasan días y hasta semanas en las que no les entra ni una gota; se mantienen con tanques, bombas, camiones cisternas y mucho ahorro del preciado líquido, opciones que terminan siendo insuficientes para una buena calidad de vida.

La isla tiene casas y edificios hermosos y modernos, restaurantes donde se puede degustar la mejor comida del mar, buenos hoteles y artesanía popular preciosa. Margarita es una mezcla de sabores, colores, cultura y paisajes, pero todo lo que cuento en el párrafo anterior, ha restado calidad a la vida del habitante y al disfrute del visitante. Mucha gente que vivía en Margarita se ha ido; los que viajaban con frecuencia a la isla han dejado de hacerlo, cantidad de viviendas se han puesto a la venta, terriblemente devaluadas; es impresionante la sobre oferta inmobiliaria que hay, frente a una demanda variable; y digo variable porque a algunos les parece un buen negocio comprar a tan bajos precios y remodelar para alquilar… o pensando en que la situación mejorará y se podrá vender a un precio mucho más elevado; pero hay quienes o no están de acuerdo o les asusta el solo hecho de pensar en la realidad actual y en la posibilidad de que esta, no cambie por mucho tiempo.

El concepto que he manejado en mis relatos, es para contar historias reales que, aunque en su mayoría trato de elegirlas inspiradoras, tristemente, no todo lo que forma parte de ellas, es siempre positivo; he ahí la razón por la que no quise omitir aspectos negativos, parte importante de esta realidad, pero en lo sucesivo, prometo no ser “nube negra”, o serlo poquito y solo para lo indispensable... mmm… ¿nubecita gris? Hay muchas cosas buenas, bellas, ricas, divertidas y autóctonas que destacar de la isla y así lo haré ¡prometido!

Una actividad que disfruté mucho repetir después de tantos años, fue el paso obligado por el castillo San Carlos de Borromeo, ubicado frente al mar, construido en el siglo XVII, para proteger al puerto de Pampatar del ataque de piratas y corsarios, destruido y reconstruido en diversas ocasiones. Las garitas de vigilancia ubicadas en la terraza, en las esquinas del Castillo, siguen siendo escenario de las tradicionales y emblemáticas foticos de turistas, tanto nacionales como internacionales… la nuestra, no podía faltar. Ese día era 8 de marzo, y observamos que, en la parte inferior del Castillo, se preparaba un homenaje por el día de la mujer… toldo grande y sillas vestidas, todo muy bien dispuesto, para un concierto de piano; y en la terraza, mesitas altas vestidas y cornetas de sonido, para escuchar la música e imagino que, para un brindis, con el mar de fondo.

El clima en general, no nos favoreció mucho durante la semana. Aunque completamente atípico, algunos días nos acompañó viento fuerte, cielo gris, sol a raticos y mar movido. Pero la condición atmosférica, no nos impidió disfrutar arenita, playita y momentos inolvidables.

Playa Parguito, imponente, extensa, oceánica, con olas altas, ventarrón fuerte y finalmente lluvia; los lugareños decían que solo faltaba que cayera nieve. En el sitio donde nos ubicamos ese día, nos atendió un margariteño autóctono y extrovertido, cuya presentación fue: “Estoy a su orden, me llamo Mardon, pero de pequeño me llamaban Mardito”… jajaja… A mi cuñada y a mí, nos bautizó: “Bella” y así nos llamó durante el rato que allí pasamos. Las perlitas, no podían faltar… le compré un collarcito bello a un vendedor ambulante de los que recorren las playas, con láminas de anime para exhibir su mercancía. Lo de los precios es increíble… comienzan a bajarlos, a medida que uno se va negando y llegan a bajar tanto, que es casi imposible no comprar; el regateo se maneja, cual mercado turco, como parte de la cultura buhonera margariteña.

Playa Juventud en Pampatar, me gustó mucho, es pequeña, cerradita y el mar es relativamente tranquilo, aunque un día nos tocó ver la llegada de funcionarios de Inparques, para desalojar la playa por el mal tiempo. Entre semana, va poca gente. Hay varios kioskos de comida; uno en particular, el de Briángela, me encantó, aunque solo probamos las riquísimas empanaditas de cazón y los tequeños, con las cervecitas heladas; pero lo más agradable lo hace la gente, que es linda en el trato y presta una atención excelente… son amables, cercanos y serviciales.

Parte importante y significativa de mis recuerdos en esa playita, la hicieron algunos niñitos, entre 6 y 9 años, margariteños tostaditos por el sol, dueños del mar y la arena, gozando, nadando, corriendo y hasta peleando entre ellos, pero es imposible obviar lo duro que es saberlos con hambre. Gratifica “ligeramente”, verlos sonreír y disfrutar la empanadita o la galletica que se les ofrece, pero en realidad, lo que uno quisiera es resolverles la vida, verlos felices y estudiando, como merece cualquier niño de su edad.

También en playa juventud, conocí a Gioconda, una mujer de mediana edad, jubilada de la administración pública, cuya pensión no le alcanza para vivir, por lo que se vio obligada a reinventarse y se dedicó a trabajar una técnica muy bonita de bisutería en vidrio… piezas pequeñitas, muy delicadas, sobrias y poco llamativas… y cuando le dije lo que opinaba de su trabajo, me encantó su respuesta: “mi mamá siempre decía que menos es más”. Le recomendé abrir una página de Instagram, le deseé mucho éxito y le compré un dije bello de la Virgen del Valle, montado en nylon.  Luego de conversar con ella un ratico, el que me hubiera encantado alargar, se despidió diciendo que había sido un placer conocerme. En ese momento, recordé que la vida está hecha de esos pequeños detalles, ratos, conversaciones simples y personas sencillas, que a veces aparecen solo por un instante y no las vuelves a ver, pero dejan gratos recuerdos y siempre alguna enseñanza.


Otro día lluvioso, en el que salió el sol en la tarde, nos fuimos hacia Juan Griego, como a eso de las 4:00 pm y llegamos a “Playa Zaragoza, donde todo el mundo lo goza”, como dice mi  queridísima y espontánea cuñada Gisela, hermanita menor que la vida me regaló. 

¡Que atardecer tan hermoso! Impresionante ver como el sol se va ocultando y los colores del cielo comienzan a cambiar de grises a rosados, amarillos y naranjas, realmente un espectáculo de la naturaleza. El mar es frío pero tranquilo, me pareció riquísimo. Esa playa tiene un boulevard para caminar, con varios puesticos de comida. Y allí se encuentra una casa colonial, grande, rosada, que acondicionaron como posada, llamada “Agua Viva”;  un lugar precioso, muy bien decorado, con cuatro habitaciones muy lindas y cómodas, que ofrece desayuno y es amablemente atendida por sus dueños; yo la recomendaría con los ojos cerrados; pero están teniendo muy baja ocupación y precios muy altos, que no bajan porque dicen que no dan los números, pero creo no hace falta saber mucho de negocios, para entender que es lo contrario, que si no bajan las tarifas, no lograrán la ocupación deseada, al menos no, en este momento… es mi humilde opinión.

La playa del antiguo Concorde está muy linda y tranquila y tiene un ambiente súper agradable, con lugarcitos típicos de comida, donde ofrecen ostras, guacucos, chipichipi y empanadas. 
                                                                                           
De ahí nos fuimos al Club Náutico, un sitio lindo frente al mar 
donde pasamos un rato divino, tomamos una sangría helada y comimos unos tequeñitos ricos.

Conocimos el Centro Comercial La Vela, que no tiene nada que envidiarle a uno de Caracas, bella arquitectura, buenas tiendas, marcas conocidas, un lindo lugar... Merendamos en un sitio recién inaugurado, unos heladitos y una torta de chocolate muy ricos, pero caríííísimos; la especulación es bárbara, los precios no están acorde con las condiciones de la isla.

Visitamos una tiendita de arte muy linda en Pampatar, pequeña, bien montada y decorada, con piezas bonitas, otras no tanto, pero los precios en general, una locura, un desfase total.

Como siempre, ahí estuvo Ella... mejor que nunca.

Visitar a la Virgencita en la Iglesia del Valle del Espíritu Santo, una mañana lluviosita de sábado, fue una absoluta delicia… poca gente, silencio y tranquilidad para rezarle, pedirle, agradecerle y ofrecerle tanto, tanto, tantísimo. Después de años sin visitar la isla, lo disfruté como si estuviera allí por primera vez; no recordaba lo acogedora e iluminada que es la iglesia, lo artístico de los vitrales y lo hermosa que es la imagen de la “Vallita”, como la llaman cariñosamente. 

Aunque no se logra ver muy de cerca, porque está al fondo del altar, protegida por vidrio, un buen zoom con la cámara del celular, ayuda a apreciar los detalles en dorado que decoran el nicho que la preserva, su vestido y manto de encajes que suelen cambiar a lo largo del año y los ángeles que la acompañan, arriba, abajo y a los lados.


Visitarla a Ella, en cualquier lugar del mundo, siempre es lo máximo, pero amé hacerlo en Venezuela, en un santuario tan popular y querido, donde la devoción es mezcla de religión, tradición, historia y cultura. Ese día, cumplía años una amiga muy querida y especial, muy devota de la Virgen… fue maravilloso incluirla en mis intenciones, colocarla junto a su familia, a los pies de la virgencita y hacerle saber que ahí la había dejado.
Nuestros anfitriones, no podrían haber sido mejores, mi cuñada Gisela y su esposo Miguel Ángel, quienes nos atendieron maravillosamente bien, en su casa preciosa, llena de detalles lindos. Gise cocina divino, comimos espectacularmente bien; pinta bellísimo, la imagen de la tablita, arriba a la derecha, es obra suya; oye música espectacular todo el día, mucho bossa nova con saxofón, jaja; ella es sencillamente auténtica, lo que no era novedad para mí, pero fue rico revivirlo tan de cerca; tiene buena disposición para todo y una excelente actitud… Nos reímos, echamos cuentos, hicimos terapia, agradecimos y celebramos la vida. Así que, cual hotel cinco estrellas- siete diamantes y lobby piano bar, con atención personalizada y el cariño más genuino de parte de ambos, hicieron inolvidable nuestro regreso a la isla ¡Gracias infinitas por tanto! ¡Volveremos!

¡Nos vemos en 15, si Dios quiere! ¡Los leo!

Maucha.

26 de marzo de 2022

Comentarios

  1. Mauuuu que recorrido tan sabroso por ese paraíso natural !!! Reconfortante de salu....Y por supuesto que se quien esa amiga especial a quien con su flia dejaste a los pies de la Virgen....Graciasss y si hay otra especial no importa seremos dos.... un gran abrazo 🤗

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  2. Querida Maucha, que manera de escribir... me siento allá, a los pies de "Vallita", pidiéndole por Venezuela y su gente, el sol está brillante y hay que ponerse los lentes, el aire me despeina, los colores me hacen dar gracias a Dios por su grandeza y la gente me inspira y me hace querer regresar a ver "laila" y disfrutarla. Gracias por este regalo

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  3. Mi comadrita Bella! como les llamó el gentil ^hijo er diablo" del restaurante de la playa. Me encantó el recorrido que me hizo recordar gratos momentos vividos en las ocasiones que disfruté de la perla del Caribe, la Isla de la Nueva Esparta "Margarita"

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  4. Mi Maucha querida!! Cómo siempre hermoso tu relato!!!
    Allí demuestras tu espontaneidad y tu intención de pasar bien cada momento de tu vida!
    Lo que es rutina y sencillez lo conviertes en algo grande y espectacular!!
    Disfruté su lectura, imaginando cada una de la vivencias!! Gracias por compartir esos bellos relatos! Abrazos!!

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  5. Me emociona leerte....cada relato tiene su encanto y mensaje....Recorrer nuestra amada isla , bajo tu percepción , me ha encantado, renace en mi la fe en nuestra gente y en un futuro mejor!!!

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  6. Gratificante recorrer nuestra hermosa Isla de Margarita entre tus acertadas líneas narrativas fue para mí imaginarme en sus hermosas playas y centros comerciales,aunque confieso que tengo como 6 años que no la visito, gracias a tí viaje gratis😜 .
    Todo lo que expresaste es la pura realidad , Vallita hará posible que vuelva a renacer como el ave Fénix. Como dices tú no todo es negativo,sigue habiendo gente noble, luchadora que día a día continúan apostando por la pronta recuperación.
    Gracias una vez más por regalarnos tus historias que ya pasan a ser nuestras porque nos conectamos con ellas. Felicitaciones Mau !!

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    1. Gracias mi querídisima lectora y seguidora. Amo tus análisis profundos de mis humildes relatos.

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  7. Que lugar tan hermoso y como lo describes todo hasta sentí que estuve allí. Gracias

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    1. Maucha, que recorrido tan rico y significativo. La descripción detallada de cada lugar visitado hace que quiera ir a Margarita.

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    2. ¡Graciassss pir tus palabras!!! Me encanta que te haya gustado y tocado. Pero cuéntame, quién eres? No ubico ese perfil del docente.

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  8. Bueno, bueno, bueno!!!!!! Pero qué ganas de volver a ese paraíso :)))) Siempre te superas Maru!!!! Fantástico, me encantó muchísimo!!!!!!

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  9. Mi querida Mau , espero que pronto regresen de nuevo a la Perla del Caribe . Aquí los esperamos para disfrutar de nuestras hermosas playas y maravillosos lugares Que más felicidad poderlos atender y compartir con la familia. Recordar es vivir!!! Me encantó.

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