Quiero comenzar agradeciendo a mis pocos, pero asiduos lectores, que me animan a seguir escribiendo. Es muy motivador escuchar gente que lee mucho, que ama la lectura... amigos y familia, humanistas en su mayoría, de diversas profesiones y ocupaciones, expresarse tan bonito y con tanto cariño sobre mis humildes escritos y que han hecho observaciones tan positivas sobre mi narrativa y descriptiva- ambas en formación por cierto- asegurando haberse sentido viajando conmigo, transportados mentalmente al lugar que describo y queriendo conocer a los personajes sobre los que cuento.
Desde
las personas más formadas y leídas, incluyendo religiosos, como el sacerdote
español, que conociéndome poco, me dice ánimo con la afición de escribir, o algunas
consagradas que aseguran tengo un don, o el sacerdote venezolano que sí
me conoce bien y afirma con cariño que soy una excelente
escritora, jajaja, hasta las personas más sencillas, acotando que estas últimas, y no me cabe duda
de ello, pueden tener un nivel superior de profundidad en sus valoraciones, de las
que no solo agradezco infinitamente sus comentarios, sino que me dan ganas de
abrazarlas cada vez que los leo… Todas y cada una de esas personas que
me han leído y comentado, lejos de causar en mi, un efecto de vanagloria, aparte de hacerme
sentir un poquito de vergüenza por algunos halagos que no merezco, me invitan a aprender cada día más, a
superarme, a mejorar tanto la forma como el fondo… De verdad, me
motivan muchísimo, porque si bien algunos
relatos son distracción, cultura, historia o geografía de lugares para conocer
y aprender, otros son testimonios que pueden tocar corazones y hasta llegar a
cambiar vidas. Solo sé que escribo con el corazón y lo disfruto enormemente. ¡Graciasssssss!
En el mismo orden de ideas, antes de iniciar el relato de hoy, quiero hacer
mención a las observaciones muy constructivas sobre el anterior: “Un
sábado cualquiera en Cantabria”, que me hiciera una andaluza espectacular, una
mujer sencilla y transparente, científica brillante, de corazón puro. Observaciones
que valoro y agradezco infinitamente. Resumiéndolas... ella percibió que, en ese
relato, hizo falta un poquito de “mi yo”, que muestre lo que sentí durante ese
recorrido y qué me dejó, permitiendo así, que mis lectores me conozcan un poco más. Sus
observaciones están basadas en un relato que, no es precisamente ni el más
espiritual ni el que más muestre “mi yo interior”; no obstante, no solo estoy
convencida de que está en lo correcto, sino que sus palabras me movieron el
piso, en el mejor de los sentidos, me encantaron y serán total y absolutamente
tomadas en cuenta.
Luego
de esta introducción de tres párrafos, no prevista 🙈, ahora sí, seguimos con la
mini serie: Cantabria infinita…
Un
sábado en Santander siempre implica un plan, porque como les he contado, hay
mucho que ver, conocer, visitar y aprender en sus alrededores. Incontables
lugares, para disfrutar en esa Cantabria infinita que tanto amo.
Una
visita guiada a la Colegiata de Santa Cruz de Castañeda, ubicada a 33 Km al suroeste de Santander, estaba prevista para el sábado 11 de junio. Debo
admitir que no soy muy fan de las visitas guiadas, porque con frecuencia, suelen
ser repetición de información memorizada, lo que a veces, tiende a ser un poco
tedioso. Pero como tantos regalos de Papá Dios, que no deja de sorprenderme, llegó
el día y amé la visita guiada, de principio a fin.
A
los pocos minutos de estar allí, muy puntual para su cita, llegó la guía, Eva,
una esposa y mamá joven, encantadora, culta,
amable y que no solo conoce a la perfección cada rincón de la Iglesia, sino que
maneja y domina culto, arte e historia, las tres disciplinas que confluyen en
su interior y caminan dentro de los muros del templo, al mismo tiempo que
constituyen los pilares que la sostienen y le dan vida. Eva es una mujer de fe,
la que transmite con convicción… ¡Qué maravilloso ver y sentir en alguien esa fe que contagia!
La colegiata o templo colegial es un templo católico que, sin ser catedral, posee un cabildo. La dignidad rectora recibe el nombre de déan, aunque ocasionalmente también sea llamado abad o prior. También se denomina así al templo donde hay o hubo en su tiempo una comunidad de canónigos regulares de San Agustín, presidida por un abad. En la actualidad se denomina colegiata a una iglesia principal de tipo colegial, con abad y canonjía, que no es sede obispal- catedral- y donde los oficios religiosos se celebran con liturgia similar a las catedrales. Canonjía es la prebenda por la que se pertenece al cabildo de iglesia catedral o colegial.
De la Antigua Villa y Señorío de Castañeda, que vivió su gran esplendor en los siglos XII al XVII, quedó esta joya del románico, la Colegiata de Santa Cruz, que fue centro y testigo de esa prosperidad.
Aunque
la construcción románica original es el del siglo XII, el paso de los siglos ha
quedado marcado en las sucesivas modificaciones realizadas en el templo.
Desde la entrada se puede observar una marcada desviación de la nave central respecto al ábside central, que es la parte abovedada, semicircular que sobresale en la fachada posterior, donde se encuentra el altar…. y el ensanchamiento del arco toral a la derecha, sobre la cual los viajeros hacen toda clase conjeturas, que ninguna deshecha a la otra, porque durante tantos siglos, han podido suceder tantas cosas, que es muy difícil pensar que una sola fuera la causa.
Al ingresar al templo, se observa el ábside central. Allí, un Calvario gótico al frente y el sagrario dorado, brillante, ubicado debajo, con cierta elevación, forman una escena sublime, imponente. A medida que vas caminando hacia el altar, la escena se va haciendo cada vez más cercana, se aprecian más grandes las imágenes y se pueden percibir gestos y miradas de los protagonistas… Mientras Jesús, en su agonía, con los ojos cerrados, acaba de decir a María: Madre ahí tienes a tu hijo, y a Juan: Juan, ahí tienes a tu madre, se puede observar claramente como María, con inmensa ternura y sus manos juntas, mira a Juan; y Juan con profunda nostalgia, con la cabeza apoyada sobre su mano derecha, mira a María. Realmente es muy difícil describirlo con precisión, es algo realmente maravilloso, no podía dejar de contemplar la escena, miraba a cada uno de los personajes y sentía que eran reales, que estaban allí conmigo.
A
la izquierda hay una capilla lateral, donde está el retablo mayor de la
iglesia, el cual estuvo ubicado en el ábside central desde 1641, hasta hace no
muchos años. Una virgen gótica, la Virgen de la manzana, que simboliza a la
“Nueva Eva”, ocupa un lugar destacado en el centro.
A
la derecha, donde debería estar la otra capilla románica, se encuentra una
capilla barroca, construida en 1706, Don Juan de Frómesta, ilustre indiano del
valle, así lo dispuso y aportó su limosna para ello y ser enterrado allí, en
tan digno lugar.
Algunas
de las privilegiadas familias nobles que habitaron en Castañeda, también
quisieron ser enterrados en un lugar digno. Por esta razón, para los Socobio y
los Ceballos, en el siglo XIII y con un estilo perteneciente a un gótico
incipiente, se añadió una nave en la parte izquierda, paralela a la central. Y
allí se encuentran los sepulcros de algunos miembros de estas familias.
Todo
lo narrado anteriormente, proporciona su identidad a la Colegiata de Santa Cruz
que, aunque ya no es Colegiata, sino un templo parroquial, mantiene tan digna
denominación.
Dejé para el final de la visita, la narración de lo más sublime de la misma, momento casi inenarrable, en el que el párroco, Don Luis Carlos, sacerdote del Opus Dei, por solicitud de Eva, nuestra extraordinaria y maravillosa guía, se dirigió a la capilla barroca, donde se encuentra la custodia con el Lignum Crucis, lo tomó con profundo respeto, lo trajo hasta el frente del altar, justo delante del Calvario gótico, que describo al inicio… y nos dio una bendición especial en la que pidió expresamente por Venezuela y su gente. Estaba tan emocionada que no puedo recordar sus palabras, solo sé que quise estar de rodillas para la bendición y que no podía contener las lágrimas. Finalmente, nos permitió Don Luis Carlos, besar la custodia, recuerdo con el que me quedo, feliz, conmovida e infinitamente agradecida.
Insisto en que en Cantabria, el tiempo rinde y ¡de qué manera! Salimos de allí esa tarde, junto a una nueva pero muy querida amiga y nos dirigimos a Suances, un municipio cercano, para tomar un vinito cántabro riquísimo y ver la puesta de sol, en un sitio precioso frente al mar, llamado el Castillo de los locos. Nos sentamos en unas mesitas afuera, pero comenzó a llover... y yo, nube negra, mujer de poca fe, 😜 pensé que se había perdido el famoso plan de ver la puesta de sol. Pues no, nuevo regalazo de Papá Dios que no deja de sorprenderme… logramos sentarnos dentro y la mesita que nos tocó, con ventanales de vidrio al frente, nos permitió ver perfectamente cómo paró de llover y comenzó el súper espectáculo de la puesta de sol ¡Que vista tan alucinante! Yo no salía de mi asombro al ver el sol ocultarse a las 10:30 pm, mostrando esa gama multicolor por etapas… y observar y disfrutar cómo iba cambiando, hasta ocultarse completamente. Allí comenzó la celebración de pre-cumple de Gisela, las súper fiestas patronales por sus fabulosos y bendecidos 40.
Cerramos
con broche de oro este sábado, que de principio a fin, no solo me dejó muchísimo, sino que fue “ESPECTACULAR
NO… LO SIGUIENTE”, título del relato de hoy, que coloqué parafraseando a los españoles, con esa expresión que me
encanta y que utilizan para referirse a algo taaan bueno o taaaan malo, que pasa al
siguiente nivel.
Lee, cuenta, oye y piensa lo bueno😉... y que tu gratitud con todo, pase al siguiente nivel...😉
Las cosas cambian para bien, cuando la gratitud es mayor que la queja; lo certifico.
Me encantará leer tus observaciones, comentarios o críticas constructivas. Si te gustó, comparte con quien creas puede disfrutarlo. Sígueme en el blog mabrelatos.blogspot.com, donde estaré publicando los sábados, cada quince días y en Instagram @mabrelatos, que recordaré los días de publicación.
¡Nos
vemos el sábado 6 de agosto, con un nuevo relato, si Papá Dios lo permite!
Maucha.
Caracas,
23 de julio de 2022
Iindísimo relato, cómo siempre. Nos transportas con tus palabras a ese lugar español tan bello que quisiera conocer algún día. Lo que más me gustó es constatar que mientras vivamos con Fe siempre Dios nos sorprenderá con lo mejor! Gracias!
ResponderBorrarPrecioso relato. Que increíble que de un sábado cualquiera, salga un relato tan maravilloso y sentido.
BorrarFelicidades. Muy bello.
Amiga querida, cómo siempre te digo me provoca estar allá, disfruto mucho tus relatos que salen del corazó y llegan a otro corazón...
ResponderBorrarQué espectacular relato !! Sin haber estado allí tu narrativa me trasladó a la Colegiata y a cada uno de los sitios descritos por ti, a traves del relato lograste llevarme hasta cada uno de esos lugares .
ResponderBorrarCon total majestuosidad entrelazas de manera mágica palabras precisas que describen la realidad con imágenes sensoriales que dan belleza y fluidez a tus producciones , Mau una vez más mis más sinceras !FELICITACIONES!! continua regalándonos tus relatos ,me encantan , aprendo mucho de tí, gracias amiga, Dios te siga iluminando para que nos sigas recreando con tus dotes literarios.👏👏
Las fotos complementan toda tu narrativa y el sentido y sentimiento que expresas en ella …. Toda una escritora …lo certificó humildemente jajajaj
ResponderBorrarEs merce
BorrarLa grandeza de la obra espiritual del humilde Jesús de Nazaret que inspiró con magnificencia construyeron imponentes templos edificados con la grandeza de las bellas artes entre los siglos III -
ResponderBorrarXVIII, están descritas a partir del asombro que compartes desde la expresión "...lo siguiente". Estoy persuadido respecto Ahora bien, la creatividad del creador de todas las maravillosas imágenes compartidas, me convierten en el observador boquiabierto que admirado encuentra el sentido que encuentro para agradecerte tu hermoso relato de hoy. Somos parte del regalo de la vida que nos hace partícipes de semejante obra de amor. Gracias por el don de comunicar ..."lo siguiente..."
erratas... donde dice "cobstruyeron" debe leerse " "la construcción de....
BorrarDonde se lee "persuadido" ha de leerse "persuadido al..."
Felicitaciones Maru!!!!!!! Reflejo fiel de cada instante vivido ese día tan inolvidable!!!! ❤️
ResponderBorrarHe releído tu escrito un par de veces, me he sentido FELIZ.
ResponderBorrarMaucha ha conseguido que aún viviendo en Cantabria y conociendo esos lugares e incluso al sacerdote Luis Carlos, me meta en esa mochilita que ella lleva en su excursión y VEA con el corazón, tal como hace ella, identificando con sus ojos curiosos la belleza del enclave.
Gracias por poner en estas letras un cachito de alma y conectarnos con sitios y vivencias que están llenas de la grandeza de tu ser, bendecido por Dios.
Sigue y no pares de regalar tu forma de escribir