¡Feliz y bendecido sábado!
Julio Grooscors Campo (†) e Isabel Teresa Caballero Uzcátegui (†), venezolanos, nacidos en Valencia, estado Carabobo, son los abuelos paternos de Gonzalo, mi esposo y bisabuelos de mis hijos, Gonzalo y Gisela; un matrimonio hermoso al que recuerdo con inmenso cariño, a pesar de que Don Julio falleció cuando Gonzalo y yo, recién comenzábamos a ser novios, pero con Doña Isabel, mi queridísima Lala, pude compartir muy de cerca, durante muchos años, y la consideré siempre, un maravilloso ejemplo de mujer, sorprendentemente adaptada a la época, de avanzada total para su edad, una mamá, abuela y bisabuela espectacular y para mí, la mejor abuela política del mundo.
Los Grooscors Caballero tuvieron seis hijos…Guido Leonardo (†), mi querido suegro, nacido en París, Francia, el 30 de agosto de 1925, ciudad a la que hacía honor con su porte, modales y elegancia; personaje público, conocido y respetado por su impecable trayectoria como político, diplomático y comunicador social, quien partió a la casa del Padre, el 3 de diciembre de 2016, y donde descansa en paz, junto a su amada Gisela, que lo antecedió treinta y cuatro largos años en su partida; y sobre quien puedo afirmar, sin duda alguna, fue la mejor madre política que alguien pueda tener en la vida y de la que me enorgullece presumir, en el más puro y noble de los sentidos, privilegio que solo tuve el placer de disfrutar, por el breve tiempo que nos acompañó en este mundo… Le siguen a Guido, mi muy querida Gladys Emilia, quien nació en octubre de 1926 y reside en Valencia; Julio Segundo, que nació en noviembre de 1927 y vive en San José, Costa Rica; Rolando Enrique (†) nacido en junio de 1929; Rafael de Jesús (†), quien nació en agosto de 1930; y Nicanor Augusto (†), nacido en 1931, todos en Valencia, estado Carabobo.
Excepto a Nicanor, quien falleció muy pequeño, los conocí a todos, y guardo muy gratos recuerdos de cada uno, tanto como padre y tíos políticos, como de los personajes inteligentes, cultos y brillantes, buenos conversadores, expertos en política y relaciones públicas; hombres de hablar peculiar, bastante formal, con sorprendente similitud entre ellos, en la fuerza de la voz, en la entonación lenta y pausada, con pronunciación perfecta de las palabras; esos que aunque con personalidades y estilos de vida muy diferentes… Rolando y Rafael, por ejemplo, con un sentido del humor finísimo; pero todos, sin excepción, unos verdaderos “caballeros”, de otra época; lo que no cualquiera puede ser, literalmente, unos señores. Mi recuerdo bonito y afectuoso para cada uno de ellos y sus familias, tanto para los que nos precedieron en su partida, como para Gladys y Julio, quienes siguen con nosotros en este plano terrenal.
El personaje que dará vida a mi relato
de hoy, es el tercero de los hijos de Julio e Isabel, al que quiero, respeto y
admiro profundamente, entre otras cosas, porque a sus 94 años, vive una alegría
contagiosa y porque su optimismo, energía, ganas de vivir y disfrutar cada
minuto de vida, son de los mejores testimonios que alguien puede ofrecer a los
jóvenes de hoy en día, en ocasiones, tan exageradamente delicados y sensibles
que les cuesta manejar, hasta las más pequeñas e insignificantes frustraciones…
Julio Segundo es periodista graduado de
la Universidad Central de Venezuela, licenciado en Derecho de la Universidad de
Costa Rica, con estudios en Relaciones Públicas en la Universidad Autónoma de
Centroamérica y una especialidad en Teología en la Universidad Católica Andrés
Bello de Caracas.
Profesionalmente se ha dedicado al área de las Relaciones Públicas; pero como la docencia es una de sus grandes pasiones, también se ha desempeñado en esa área, como profesor de Historia y Formación Ciudadana en el Liceo J.J Vargas Calvo de San José, entre 1955 y 1957; y como profesor de Relaciones Públicas y Relaciones Internacionales en la Universidad Autónoma de Centro América (UACA), desde 1984 hasta 1990 y posteriormente, desde 2002 hasta 2018.
Durante su infancia, Julio vivió alrededor
de unos ocho años con las tías Caballero, muy religiosas y solteras, época en
la que comenzó a ser monaguillo, en un ambiente donde se fortaleció su fe, la que
hoy en día conserva intacta. Las tías le dejaban mucha libertad y eso le daba
margen de acción e impulso para inventar planes diferentes cada día. No le
gustaba ir de cacería con su papá y sus hermanos, lo que era una actividad de
tradición familiar, pero afortunadamente era comprendido y respetado en sus
gustos e intereses.
Julio vivió en el exilio en Costa Rica, con sus padres y hermanos, durante la dictadura de Pérez Jiménez. Allí conoció a Leticia, se enamoraron, se casaron el 26 de septiembre del 59 y se fueron a vivir a Venezuela, donde nacieron sus cuatro hijos y donde permanecieron hasta el 78, cuando decidieron regresar a Costa Rica, en busca de la tierra prometida, guiados por el espíritu aventurero y soñador de Julio, secundado por la felicidad de Lety, de estar cerca de su familia tica. En el 90 regresaron nuevamente a Venezuela con los tres hijos menores, porque Gloria Cristina ya se había casado. Y en el 2001, de vuelta nuevamente a Costa Rica, donde viven felices desde entonces, cerca de Gloria Cristina, Adriana y Juan Enrique, quienes viven también en San José... y relativamente cerca de Julio Alberto, que vive en Panamá.
Una larga video llamada con Gloria Cristina, hija mayor de Julio Segundo y protagonista de mi relato: «La Alegría de Vivir», me ayudó a darle forma a esta historia. Como siempre, fue divina la conversa con ella y me encantó escuchar de su boca, con su estilo personal, tan cálido y sencillo, la admiración que siente por sus padres, en este caso en particular, por su papá…
Desde 2011 hasta 2019, Gloria Cristina fue profesora y directora de la carrera de Relaciones Internacionales de la Universidad Autónoma de Centro América. Invitó entonces a su papá a dar clases. Y afirma con mucha alegría, que para ella, trabajar con su papá, fue algo maravilloso, que disfrutó enormemente, porque compartían las clases, los alumnos, los proyectos y los exámenes de grados. Asegura que fue una experiencia muy linda, en la que enseñaban y aprendían juntos.
Acota Cristy que, aunque su papá en ocasiones pueda parecer un poco tímido, siempre dice lo que tiene que decir y es muy sociable. Se da con todo el mundo, es generoso y le encanta explicar, sobre todo cuando se trata de filosofía, historia o cívica. Su sabiduría radica en fluir con la vida y no pelear. Sus consejos son maravillosos, es empático, se identifica y se da. Y cierra Cristy diciendo: «Creo que de las cosas más valiosas que me ha transmitido mi papá es tener la actitud de disfrutar cada cosa que hace y en el lugar que esté, sin avergonzarse, es ser auténtico». Y digo cierra, porque era el final de una conversación; pero su presencia sigue abierta y activa a lo largo de todo el relato, ya que fue un súper canal de comunicación para lograrlo, dándole respuesta a todas mis preguntas y solicitudes sobre la vida de su papá. La verdad es que ha sido lindo reencontrarnos en un momento especial de nuestras vidas, en el que compartimos temas y reflexiones, que nos resultan comunes y que ambas estamos disfrutando mucho.
Una video llamada con Adriana, segunda hija de Julio Segundo, muy agradable y tras muchos años de no hablar con ella, resultó un rato que disfruté muchísimo. Fue maravilloso escucharla decir que le impresiona lo interesante que es su papá, todo lo que sabe y tiene para contar, que siempre está inventando algo, que tiene una memoria increíble y se acuerda de absolutamente todo.
Entre los momentos que recuerda Adri de
pequeña con su papá, está el verlo sentado en la orilla de su cama para leerle
un cuento antes de dormir, dramatizando las voces de los personajes, como
contaba también Cristy, lo cual siempre ha hecho maravillosamente bien. Pero el
sello del compartir fuerte con su papá, ha sido más hacia lo profesional;
estudió Comunicación Social, siguiendo su ejemplo, porque eso era lo que él
hacía, era lo que ella veía y cada vez le iba gustando más. Trabajó con su
papá, del 97 al 2000 en Enlace, una empresa familiar, en la que su papá llevaba
las relaciones públicas y su tío Rafael, la publicidad. Asegura Adri, que
trabajar con su papá, fue la mejor escuela que podría haber tenido en la vida. Al
final de la conversación, recordó un detalle muy significativo, que copio
textual… «En mi vida, no recuerdo NUNCA
haber visto a mi papá enojado. Ahora lo pienso y me impresiona».
Visitamos el museo a través de una visita guiada, con una señora italiana, que hablaba en perfecto español y que aparentemente conocía mucho de toda la historia del Vaticano, digo "aparentemente" porque para la mayoría de los turistas toda esa información era nueva o desconocida. En un momento específico del recorrido la guía nos empezó a hablar acerca del Papa Julio Segundo, y eso por supuesto detonó la intervención de mi papá, comentándole de inicio que ese era su tocayo, y continuando luego con una descripción detallada de todos sus grandes logros, el apoyo a las artes plásticas, su actividad política y militar. Los demás turistas en el grupo nos quedamos fascinados un buen rato escuchando las conversaciones, y creo que la más fascinada fue la guía italiana, quien seguramente apreció mucho ese día tener alguien con quien conversar de tanta historia medieval».
Y una de las últimas “hazañas intelectuales”
de Julio, en la que Gloria Cristina fue su acompañante y apoyo oficial, aunque
Adriana, Julio Alberto, Juan Enrique y por supuesto Letty, no cabían dentro de
su orgullo… fue su reciente participación en el programa de televisión «¿Quién quiere ser millonario?» transmitido
por Teletica, en San José, el 27 de julio pasado, donde fue catalogado como
participante de lujo, en el que llegó a la pregunta 10, cuando decidió tomar el
riesgo y no utilizar el comodín. Programa este, que Gonzalo y yo, escuchamos
completo, con total atención y sin salir de nuestro asombro, de ver lo natural,
genuino, auténtico y espontáneo que es. Una experiencia, realmente espectacular
y admirable. Y en su mensaje de ese día, dirigido a los jóvenes, cito textual
sus palabras: «Les diría que no vacilen
en enfrentar los riesgos y correr las aventuras que les presente la vida;
siempre son oportunidades que hay que aprovechar, oportunidades que ofrece la
vida… y la vida siempre hay que disfrutarla. Si uno quiere, uno puede».
Venezolana y coloquialmente hablando,
“se metió en un bolsillo” al moderador del programa y a la audiencia en pleno…
el público estaba realmente emocionado, conmovido y admirado con su lucidez,
humildad, simpatía y manejo del momento, se veía taaannn relajado y feliz, que
cualquier preocupación, dificultad o nervios, que hubieran podido generar los
momentos previos al programa, bien valieron la pena, porque el resultado de la
experiencia, definitivamente, no podría haber sido mejor.
A
propósito del reciente fallecimiento de la reina Isabel, comparto este breve
texto, que Julio Segundo envió a sus hijos por whatsapp y publicó luego en facebook:
«Para 1952 yo había entrado a la UCR y con
Alejandro Yabrudi y mi hermano Rolando habíamos creado la Librería
Universitaria. Con la experiencia que traía Yabrudi de Caracas, donde manejaba
la librería Pensamiento Vivo, importamos libros de algunas editoriales de
España y México. Entre los primeros que trajimos, hubo uno que fue un éxito de
ventas: "Las Princesas Isabel y
Margarita". Acababa de morir el rey Jorge VI. Descubrí que Isabel era
casi de mi misma edad: nació en 1926, un año antes que yo. Desde entonces me
interesé en seguir su trayectoria, su largo reinado de 70 años, siempre
inteligente y atinado».
El
secreto de Julio… «No dejar que se apague
la curiosidad, hay que incentivarla».
Gracias a
los hijos Grooscors Antillón, por ayudarme a “darle forma” a este relato, ya que
“la vida y la esencia”, se las dio el protagonista. Gracias Julio, por tu
testimonio, ejemplo clarísimo de AMAR Y
DISFRUTAR LA VIDA.
No olvides pensar, oír, contar
lo bueno... y hacer que tu gratitud, pase al siguiente nivel, porque las cosas cambian para bien, cuando la
gratitud es mayor que la queja, lo certifico.
¡Gracias por leerme! Si te gustó, me encantará leer tu
comentario en el blog y por favor
comparte con quien creas puede disfrutarlo. Sígueme en mabrelatos.blogspot.com
donde publicaré los sábados cada 15
días y en Instagram @mabrelatos, donde lo recordaré.
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María Eugenia Álvarez de Grooscors.
(Maucha)
Caracas, 17 de septiembre de 2022
Bello relato ,verdaderame Mau Dios te ha bendecido al ponerte en el camino a Gonzalo a quien felicito por su ejemplar familia a quien a través de esta narrativa valoro la constancia, amor ,valores y principios que son fundamentales para formar integralmente a la familia, digno de imitar y a la vez difundir como un legado de amor, constancia de familias que existen en esta patria querida , que muy oportunamente tu querida amiga nos traes como un regalo que me motiva y me invitó a reflexionar sobre la tarea ardua que tenemos los padres ante la sociedad para formar hijos responsables , creyentes de Dios que aportan al mundo una lección extraordinaria de amor a la familia y a la vez un aporte a la sociedad a través de su trabajo constante que es testimonio valioso para todos.
ResponderBorrarFelicidades Mau me encantó tu relato,Dios te siga bendiciendo para que continúes motivándonos con tu espectacular narrativa.
Graciasssss Maucha por este relato que me ha ayudado a admirar más esa maravillosa y disfrutona familia. Con vuestra actitud vais sembrando paz y alegría por todo vuestro entorno. ¡¡¡ sois maravillosos!!!! 🤗🤗
ResponderBorrarGracias Mau por este relato tan completo y biográfico de mi Tio Julio...Que detalle tan especial que lo hayas incorporado a tus historias inspiradoras...Muy merecido este homenaje a un hombre integro que dejará huellas en todos nodotros..
ResponderBorrarComparto este comentario que me envío Julio Segundo por whatsapp, después de hacerme llorar con el primero... "Te voy a agregar un dato que falta en el relato: Gladys se casó muy joven, en 1948, y no salió al exilio como el resto de la familia. En los años 50 vivimos todos en una misma casa en Costa Rica, incluyendo a Gisela, ya casada con Guido. Pronto Rolando y Rafael se casaron y pusieron casa aparte. Yo quedé como el único Tío siempre presente para los hijos de Guido y Gisela: Diana, Gabriela y Gonzalo. Este último, mi primer sobrino varón, nunca me llamó "Tío Julio" y seguramente no me pedía la bendición. Me llamaba "Chacho Lulo" "
ResponderBorrarQue lindo dato Chacho Lulo, ese espíritu de muchacho lo conservas 😊
BorrarMe encantó tu relato de esta semana. Me gustó porque me gusta ver la consistencia de tus trabajos y el compromiso que has asumido con “contar historias”, lo cual no es fàcil. Por otra parte por tratarse de personajes de una familia a la que quiero (razones obvias) y respeto desde siempre.
ResponderBorrarSigue en tu trabajo quincenal.
Besos. Te quiero mucho.
Tu hermano.
Victor
Que belleza de relato Maucha! Siempre tan acertada en captar la esencia de las personas que describes. Es admirable e inspirador tener personas que nos enseñen sobre el arte de vivir y eso es lo que transmites sobre mi papá en este relato. Gracias por servir de enlace de amor para la familia con esa forma cálida y entretenida de escribir.
ResponderBorrarSoy Gloria Cristina, no anónimo. 😊
BorrarEs que haces que uno sueñe, se ilusione, vibre el corazón y mucho más con tus relatos. Es navegar en almas grandes que dejan huellas con su testimonio. Esos héroes que quizá uno no conocería si no fuera por tus líneas. Gracias!!! Y leer la historia de Don Julio es una más que hace que uno se emocioné y se llene de gozo.
ResponderBorrarBellísimo relato familiar. Un ejemplo de familia unida y bendecida por los valores cristianos. Te felicito Mau
ResponderBorrarMaravilloso
ResponderBorrarCreer en la familia y más a la que pertenecemos es para agradecer y disfrutar ….saludos
ResponderBorrarGracias por compartir prima!!!!! ….. hermoso relato familiar!!!!
ResponderBorrarGracias por enviarme tu Relato.
ResponderBorrarEs emocionante compartir parte de la vida de un ser grandioso como es Julio Segundo Grooscors. Con un recorrido por la vida de manera intachable que parece salido de una revista.
Gracias por compartir en tu Relato, el secreto de Julio “No dejar que se apague la curiosidad, hay que incentivarla”. Gracias ☺️ Maucha
Lindo relato Mau, te felicito por tu narrativa tan especial
ResponderBorrarMe impresionó mucho la claridad de su mente con sus 96 años del tío Groscors
linda familia y linda tú por describirlos tan maravillosamente
Dios te bendiga amiga querida