EN TI CONFÍO

 

¡FELIZ Y BENDECIDO DÍA DEL PADRE!

¡Día de celebrar y agradecer!

Nunca me imaginé que lograría tal constancia, como para escribir 40 relatos en año y medio, pero lo he disfrutado tanto y ha sido tal regalo para mi vida, que solo puedo agradecer y celebrar este pequeñito don oculto que, sin darme cuenta, comencé a cultivar, hasta convertirlo en alimento para mi alma. 

He dado muchas vueltas para elegir el tema de este relato, pero nada podría ser más apropiado que homenajear el Sagrado Corazón de Jesús en el mes que la Iglesia le dedica, y cuya solemnidad se celebró el pasado viernes 16. Y como si fuera poco, el jueves 15, cumpleaños de mi hija Gisela, que es luz, motor y vitamina de mi vida, recibí como regalo inesperado, la invitación a la entronización del Sagrado Corazón de Jesús en el Instituto Mano Amiga de Filas de Mariches, y sobre esa mañana preciosa, quiero contarles. Como suelo publicar cada quince días, hoy no me tocaba, pero preferí hacerlo en caliente, sobre los eventos recientes.

Comienzo aclarando que entronizar, palabra de uso poco frecuente, se refiere a colocar una imagen o ícono en un lugar preferente para ser venerada o admirada, nunca adorada, porque los católicos adoramos solo a Dios, realmente presente en el Santísimo Sacramento del altar. Veneramos lo que evoca una imagen, el recuerdo que viene a nuestra memoria al verla, pero no adoramos imágenes.

Sin llegar a ser la más fiel de su devotos, lo primero que se encuentra de frente, al entrar en mi casa, es el Sagrado Corazón de Jesús, entronizado hace unos cuantos años, junto al de muchas otras familias, en la capilla del Instituto Andes, llevada de la mano de Miss Juani Lozano (†), consagrada del Regnum Christi, fervorosa y apasionada seguidora de esta devoción. 

En la cabecera de mi cama, en las dos mesitas de noche y dentro de mi cartera, está también el SCJ, presente en nuestra casa, en nuestra vida, en nuestro corazón, además de ser frecuentemente invocado. ¡Sagrado Corazón de Jesús, en Ti confío!

La devoción al corazón herido de Jesús tiene sus orígenes en el siglo XI, cuando los cristianos piadosos meditaban sobre las cinco llagas del Señor,  ayudándolos a  a enfocarse en su Pasión y Muerte, de tal manera que lograran crecer en el amor hacia Él, pero no fue hasta 1670 que el sacerdote francés P. Jean Eudes celebró la primera fiesta del Sagrado Corazón de Jesús.

Casi al mismo tiempo, una religiosa conocida por su piedad, Sor Margarita María Alacoque, empezó a informar que tenía visiones de Jesús. Éste se le aparecía con frecuencia y, en diciembre de 1673, le permitió –como había permitido una vez a Santa Gertrudis– descansar su cabeza sobre su corazón. Mientras experimentaba el consuelo de su presencia, Jesús le habló de su gran amor y le explicó que la había elegido para dar a conocer su amor y su bondad a la humanidad. Al año siguiente, en junio o julio de 1674, Margarita María afirmó que Jesús quería ser honrado bajo la figura de su corazón de carne. Pidió a los fieles que lo recibieran con frecuencia en la Eucaristía, especialmente el primer viernes de cada mes, y que practicaran una hora santa devocional.

En 1675, durante la octava al Corpus Christi, Margarita María tuvo una visión que posteriormente se conoció como la “gran aparición”. En ella, Jesús pidió que la fiesta del Sagrado Corazón sea celebrada cada año el viernes siguiente al Corpus Christi, en reparación por la ingratitud de los hombres hacia su sacrificio redentor en la cruz. Y contó que Jesús le comunicó “el ardiente deseo que tenía de ser amado por los hombres y apartarlos del camino de la perdición, en el que los precipita Satanás en gran número”, y le compartió las 12 promesas que haría a sus devotos, las que les copio a continuación:

1. A las almas consagradas a mi Corazón, les daré las gracias necesarias para su estado.

2. Daré la paz a las familias.

3. Las consolaré en todas sus aflicciones.

4. Seré su amparo y refugio seguro durante la vida, y principalmente en la hora de la muerte.

5. Derramaré bendiciones abundantes sobre sus empresas.

6. Los pecadores hallarán en mi Corazón la fuente y el océano infinito de la misericordia.

7. Las almas tibias se harán fervorosas.

8. Las almas fervorosas se elevarán rápidamente a gran perfección.

9. Bendeciré las casas en las que la imagen de mi Sagrado Corazón esté expuesta y sea honrada.

10. Daré a los sacerdotes la gracia de mover los corazones empedernidos.

11. Las personas que propaguen esta devoción tendrán escrito su nombre en mi Corazón y jamás será borrado de él.

12. A todos los que comulguen nueve primeros viernes de mes continuos, el amor omnipotente de mi Corazón les concederá la gracia de la perseverancia final.

Y las condiciones para obtener las gracias prometidas por el SCJ son:

1. Recibir sin interrupción la sagrada Comunión durante nueve primeros viernes consecutivos; 2. tener la intención de honrar al Sagrado Corazón de Jesús y de alcanzar la perseverancia final; y 3. ofrecer cada Sagrada Comunión como un acto de expiación por las ofensas cometidas contra el Santísimo Sacramento.

Una vez ilustrado el origen de tan sublime devoción y las promesas del Sacratísimo Corazón a Santa Margarita, quiero contarles de la mañana del jueves 15 en Mano Amiga, la que inició con un recorrido animadísimo por los pasillos de los salones del segundo piso, junto a una comitiva de gente linda y querida, encabezada por mi buena amiga, Thais Páez, directora del colegio, seguida por el maravilloso equipo del apostolado del Sagrado Corazón de Jesús: Magda Keri, Mariela Ridaura, Cecilia Planchart y Gisela Vanososte, como antesala al área de usos múltiples, donde en breve se celebraría la Eucaristía. 

Las paredes de los pasillos se convirtieron en galería de arte, para exhibir la hermosa muestra de trabajos de los alumnos, alusiva al Sagrado Corazón. Una interesante combinación de elementos como cartón, cartulina, plástico, anime, vidrio, foamy, papel de aluminio, escarcha y papel de seda, entre otros, utilizados con ingenio, creatividad, cariño y espiritualidad, dieron forma a la muestra, cubriendo las paredes de ladrillos rojos, con la alegría que genera la diversidad de colores, mezclada con la majestuosidad, y el amor, tan propios de esta devoción cargada de significado.

La celebración eucarística, presidida por el Padre Samuel Tan, L.C., fue muy especial, de primer mundo, todo perfecto, precioso, impecable, digno de Mano Amiga Mariches, niños respetuosos, ordenados y obedientes, sin dejar de ser felices, lo que se percibía en los cantos, en la forma de responder, en sus ojos y en sus sonrisas. 

El altar estuvo bellamente engalanado por la reliquia, traída desde Roma, de Santa Margarita María de Alacoque.

La homilía fue muy linda, concisa y oportuna, y el padre recordó a los presentes, en su mayoría niños, que si con algo debíamos quedarnos del mensaje, es que hemos de ser reflejo del Amor del Corazón de Jesús, para que pueda llegar a todos nuestros hermanos.

Al finalizar la comunión, Cecilia Planchart, revestida con su traje de «Miss Ceci» 😇, tierno y apasionado al mismo tiempo, acompañada de su especial aprecio por los micrófonos, subió al ambón segura y decidida, para hacer una hermosa oración de acción de gracias, pidiendo a los presentes cerrar los ojos, mientras parecía transportarnos en una especie de nave celestial. Para mí, fue un divino «recordar es vivir», de aquellos tiempos de trabajar juntas, siendo ella mi coordinadora, modelo y “maestra” … y yo, su catequista y “alumna”, tratando de aprender y de absorber todo cual esponjita. Quería subir a darle un abrazo, él que no se hizo esperar mucho, al terminar la misa.

Luego de la bendición final, el padre procedió a hacer la oración de entronización del Corazón de Jesús y a bendecir los retablos que, a partir de ese momento se convertirían en parte importantísima de las aulas de Mano Amiga, permeándolas de amor y generando paz y esperanza en los corazones que las visitan.

    Feliz y agradecida, cierro con una oración al Sacratísimo Corazón de Jesús.

Oh Dios, que en el Corazón de tu Hijo,
herido por nuestros pecados,
has depositado infinitos tesoros de caridad;
te pedimos que, al rendirle el homenaje de nuestro amor,
le ofrezcamos una cumplida reparación.
Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.
¡Sagrado Corazón de Jesús, en Vos confío!

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¡Feliz semanita! Nos vemos en 15 días, si Dios quiere.

María Eugenia Álvarez Brunicardi (Maucha).

 

Caracas, 17 de junio de 2023

PPD